Hacia un país Inclusivo

En Junio de 2009, tras la muerte de Michael Jackson, escribí una reflexión en torno a California, lugar donde murió el rey del Pop.

La historia de California siempre me ha llamado la atención, pues en sus orígenes, su historia estuvo muy ligada a nuestro país.

Hacia 1850, California era parte de México. Todos sus habitantes eran mexicanos y hablaban, como nosotros, el español. Tras una guerra, el país mexicano se dividió en dos partes. Ambas partes tenían los mismos grupos étnicos, las mismas costumbres, el mismo lenguaje, la misma religión, y a partir de ese momento, ambos separaron sus destinos.

A California no le fue fácil. No había cómo llegar allá desde la Costa Este, y el único medio que existía era el barco que daba la vuelta por el Cabo de Hornos. Más adelante se construiría un ferrocarril en Panamá que permitiría a los habitantes del Este de Estados Unidos viajar a California. En estos primeros años, California fue gobernada por los militares, desde donde se desprenden las historias del Zorro.

Recién en 1869 tuvieron un ferrocarril que unió la parte Este de Estados Unidos con California, lo que les brindó integrarse más a su nación. En el intertanto debieron sufrir la Guerra de Secesión, y la fiebre del oro, que atrajo inmigrantes de todo el mundo. Recién a fines del siglo XIX se integra decididamente a Estados Unidos.

Los “mexicanos avecindados en California” lograron crear la séptima economía más avanzada del planeta. Hicieron un gran desarrollo agrícola, desarrollaron el Cine y la Industria del Ocio (Casinos), crearon Silicon Valley, vanguardia mundial en tecnología. En el ámbito socio cultural, son los responsables del movimiento Hippie en el mundo, crearon toda la inspiración del New Age y las nuevas filosofías, y hoy funcionan como eje cultural del mundo en los ámbitos de la Ingeniería, del software, de la literatura, de las artes, de todo.

Mientras tanto, a los mexicanos de México les correspondió vivir otra historia. A pesar de ya tener una organización política hacia 1850, sus propios políticos se encargaron de denostarla.

Después de 14 años de gobierno de Benito Juárez, le sucedieron una época de inestabilidad política, en 1876 se hace cargo del país Porfirio Diaz, quien en 1910, encarcela a su contendor en las elecciones (Francisco Madero), con lo que se inicia una revolución donde participan Emiliano Zapata, Pancho Villa y otros próceres. Se redacta una nueva constitución, y en 1929 el PRI (Partido Revolucionario Institucional), que seria como los Peronistas en Argentina, se hace cargo del poder hasta el año 2000.

México es hoy la trastienda de Estados Unidos cuyas exportaciones a ese país representan el 90% de su economía. Además gozan del privilegio de ser el país mas corrupto del planeta. La pobreza se enseñorea en las calles, y ahora se están haciendo famosos por formar los mayores carteles de la droga en el mundo. Cero aporte cultural, social, tecnológico.

Un mexicano nacido hoy en el Golden State (llamado así por la fiebre del oro), es seguro que irá al colegio, se educará en una de las mejores universidades del mundo, tendrá agua potable y luz en su casa, buenos sistemas de salud, bienestar y una vejez digna. Un mexicano nacido hoy en México, no es seguro que estudie, y en su adultez podría formar parte de un cartel, como ser un profesional corrupto, o ser un empleado del sistema. Nadie le asegura su vejez digna.

¿Pero, cómo es posible que dos pueblos que tienen las mismas personas, la misma cultura, los mismos medios, lleguen a tener dos historias y dos realidades tan diferentes?

Esta interrogante ha sido respondida por Daron Acemoglu (MIT) y James A. Robinson (Harvard) en un libro llamado “Por qué fracasan los países”

Según sus investigaciones históricas, donde hay mucho material para comparar dos países de características étnicas iguales y su desarrollo (Corea, Vietnam,Alemania, Países Africanos, etc…) ellos llegaron a las conclusión de que los países, para lograr un desarrollo y bienestar óptimo requiere las siguientes condiciones:

1.- Respeto a la Propiedad Privada

2.- Instituciones que garanticen la estabilidad económica

3.- Instituciones que garanticen la participación ciudadana

4.- Desarrollo de una economía de mercado “inclusiva”

La clave de todo esto está en la última condición: la inclusividad.

A la inclusividad se opone la exclusividad. Los países construidos solamente para favorecer a determinadas elites van inexorablemente al fracaso. O terminan en guerras civiles o en un circulo vicioso de pobreza y explotación.

Me molestó excesivamente ver que quienes se proclaman de izquierda (Socialistas, comunistas, radicales, etc…) promuevan en sus propias familias modelos de Educación Exclusiva, poniendo a sus hijos en los colegios más caros del país. Alguien tiene que dar el paso de la Educación inclusiva, que como la definen los expertos es “un enfoque educativo basado en la valoración de la diversidad como elemento enriquecedor del proceso de enseñanza y en consecuencia favorecedor del desarrollo humano”.

El problema es que estos señores, que demostradamente no creen en la inclusividad, serán en definitiva quienes irán creando las instituciones de nuestro país, las que pueden ser inclusivas o extractivas (exclusivas). Creo que estamos metidos en un círculo vicioso, pues el proceso de la inclusividad educativa debe partir de arriba hacia abajo.

Las experiencias de “Machuca” en un medio educativo dominado por el bulling definitivamente no funciona. Nuestro país merece algo mejor, y sin duda, eso es la inclusividad, que debiera partir justamente de nuestros líderes.

Este artículo fue escrito en Reflexiones. Enlace Permanente.

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